Javier Reverte ya ha nos ha dejado algunos títulos donde ha viajado por lugares próximos a tierras polares. Por ejemplo en “El río de la luz” llegó hasta Nome en el norte de Alaska y sobre todo en “En mares salvajes” donde nos contó su viaje tras los pasos de los exploradores pioneros que buscaron con ahínco el Paso del Noroeste.
En este nuevo libro de Javier recoge dos viajes distintos. En el primero se embarca en una expedición noruega a navegar por el ártico desde Spitbergen hasta alcanzar los 80 grados norte. En el segundo el recorrido es por el sur de Sudamérica, navegando el canal de Beagle, Tierra del Fuego y el Estrecho de Magallanes, eso sí, sin doblar el Cabo de Hornos por mucho le que insistiera Javier al capitán.
Una primavera polar
El primer periplo del libro, lleva al autor a embarcarse junto a un contingente de periodistas y científicos españoles del CESIC en el Jan Mayen, un barco oceanográfico noruego con el que recorrerán el archipiélago de las Svalbard navegando con la proa al norte hasta llegar cerca del Polo (aunque la verdad, bastante lejos aún).
El viaje se desarrolla de forma tranquila, realizando diferentes paradas para que los científicos realicen su trabajo, paradas que el autor aprovecha para bajar del barco y pasear por aquellas gélidas tierras. Algunas de ellas muy interesantes como por ejemplo la parada en Pyramiden, la ciudad minera soviética situada al norte de Lonyerbayden y que actualmente se encuentra abandonada.

Por supuesto que mientras el autor va contándonos sus peripecias viajeras y sus conversaciones con los diferentes viajeros que le acompañan, también nos cuenta como es habitual las historias de los exploradores que navegaron aquellas aguas en esta ocasión en busca del Polo Norte. La verdad es que muchas de estas historias y me eran conocidas, incluso algunas ya aparecen en “En mares salvajes”. Ahí están Nansen, Barents, De Long, Amundsen, Nobile y por supuesto Peary y Cook. De todas ellas la que más me llamó la atención porque no la conocía es la desafortunada expedición rusa del Saint Ana. La expedición tenía la misión de encontrar el paso del Nordeste, pero una mala planificación por parte de su capitán Georgy Brusilov llevó a la nave a quedar atrapada en la banquisa del Mar de Kara en octubre de 1912. Uno de los supervivientes, Valerian Albanov, contó sus experiencias en un libro titulado “En el país de la muerte blanca” que se publicó por primera vez en 1917 (en español lo editó RBA hace unos años).
Octubre en el Cabo de Hornos
La segunda parte del libro está dedicada a un viaje por el límite inferior del cono sur. Partiendo de Punta Arenas en la provincia de Magallanes, al sur de Chile, el autor recorre lugares como Puerto del Hambre mientras espera el momento de embarcarse junto al fotógrafo J.N. en el Vía Australis un crucero turístico que tiene la misión de navegar por el Canal del Beagle y el estrecho de Magallanes, la excusa realizar un reportaje para una revista de viajes.
Mientras navega por aquellas aguas míticas, tendrá tiempo de contarnos la epopeya de Magallanes en su vuelta al mundo, hablarnos del Penal del fin del mundo en Ushuaia (incluyendo la historia de Simón Radowizky) o del exterminio de los habitantes originales de tierra del fuego. También recordará el viaje de Darwin y FitzRoy que en 1833 recorrieron el canal que lleva el nombre del mítico barco en el que dieron la vuelta al mundo.
No sé por qué, pero este segundo relato me ha gustado bastante más que el primero, tal vez el autor disfrutó más de este viaje o le dedicó más tiempo y cuidado a la escritura del mismo. En cualquier caso, un libro que se lee de un tirón y que gustará a los seguidores del autor.
Confines: Navegando aguas árticas y antárticas – Javier Reverte
Plaza & Janés
Año 2018 – 312 páginas