Alerto Durero fue sin duda un artista increíble, un verdadero genio cuya obra no deja indiferente a nadie. Pintor, grabador, dibujante y teórico del arte, es uno de los artistas que está en lo más alto en una época plagada de verdaderas figuras.
En 1520 realizó un viaje a Zelanda (la vieja, la de los Países Bajos) en busca de avistar por primera vez una ballena. Una ballena varada que nunca llegó a ver. En Alberto y la ballena, editado por Ático de los libros, el autor británico Philip Hoare combina diversos géneros como la historia del arte, biografía, escritura de naturaleza o las memorias teniendo como eje central ese viaje de Durero.
Acompañamos a durero en su viaje a ver al leviatán, pero también en un viaje apasionante por su vida y por sus obras. Es una delicia recorrer las páginas del libro dedicadas a cada una de sus obras principales. Encontramos pintura, aguafuertes o xilografías y la estupenda edición de Atico de los Libros incluye interesantes láminas que ayudan a seguir cada capítulo. En mi caso, una de mis obras preferidas es Ala de pájaro, un estudio del ala de una Carraca europea (Coracias garrulus) será que me sale la vena ornitologa.
Y es que Durero fue único a la hora de captar el alma de la naturaleza, no solo cuando hacía pintura hiperrealista como en el caso de la Liebre jóven o Gran mata de hierba, también cuando se “inventaba” animales, como en el caso del rinoceronte, en todas ellas plasmaba como pocos el alma del animal aunque no lo hubiera visto nunca.

Para Durero y muchos contemporaneos, determinados animales eran como dirían Jordi Serrallonga y Gabi Martínez, animales invisilbes. Y es que en el siglo XVI no era fácil observar según qué animales. Las referencias que de los mismos se tenían eran provenientes de testimonios de viajeros o en algunos casos de huesos como los que se exhibian en diferentes catedrales e iglesias por toda europa y que hicieron volar la imaginación de los que los veían. De ahí por ejemplo surgió la leyenda del gigante de Amberes, un gigante que la imagineria popular creo a partir de los huesos de una Ballena boreal (Balaena mysticetus) que se podían ver en la fachada de la catedral.
En el libro no solo está el genio de Núremberg, por sus páginas también desfilan otros genios como David Bowie, Thomas Mann, Jane Austen, Herman Hesse (justo ahora estoy terminando El lobo estepario), Isherwood, Marianne Moore…
También tenemos los distintos viajes realizados por el propio autor, desde su llegada a Roterdam siguiendo los pasos del alemán hasta recorridos por diversos museos para ver sus obras (muy emocionantes algunos pasajes como cuando visita el Museo Albertina de Viena para ver Liebre jóven) o al Museo del Prado para revisar uno de sus autorretratos más famosos, hasta viajes en busca de la propia ballena como el que realizó al Índico y que le permitió asistir a una increible escena entre cachalotes y orcas.
Un libro inclasificable que es al mismo tiempo un ensayo, literatura de viajes, biografía, escritura de naturaleza y un libro de arte y que para disfrutarlo al máximo requiere una lectura atenta, sosegada y curiosa.
Alberto y la ballena – Philip Hoare
Editorial: Ático de los libros
Año 2021 – 360 páginas
ISBN-10 : 8418217448
ISBN-13 : 978-8418217449