Goethe fue un hombre excepcional, todos conocemos su obra fundamental “Fausto” pero su producción literaria fue de una gran envergadura. Además de escritor polifacético, también fue zoólogo, botánico o geólogo, en definitiva lo que en muchas ocasiones se suele llamar un hombre del renacimiento, sólo que unos cuantos años después, en pleno apogeo del romanticismo.
“Viaje a Italia” es mucho más que un libro de viajes, es un libro autobiográfico donde podemos encontrar las vivencias del autor durante un largo viaje por Italia de casi 2 años. Ahí están muchas de sus cartas con sus amigos en Baviera, sus pensamientos e impresiones del viaje, también las obras que va escribiendo durante su viaje y por su puesto su pasión por las ciencias y el arte.
Italia infinita
Goethe entró de incógnito en la península itálica en 1788. No quería que le reconocieran para evitarse algunos problemas derivados de la fama que ya tenía (y eso que no había Internet) y conservar su libertad de movimiento. Recorrió gran parte del país como un pintor enamorado del arte y la cultura italianas hasta que lo reconocieron en Roma y no pudo más que volver a adoptar su verdadera identidad.
El recorrido de Goethe por Italia tiene varias etapas, recalando en varias ocasiones en Roma, uno de los lugares que el autor tenía más ganas de visitar y donde se pudo empapar no solo del arte clásico sino también de la sociedad romana de la época. También pasó bastante tiempo en Venecia y Nápoles lugares que pudo disfrutar con detalle y que sin duda calaron en el corazón y en la mente de este gran hombre.
El “Viaje a Italia” se publicó como un compendio de diferentes textos (cartas, anotaciones, etc.) muchos años después del viaje de Goethe, allá por 1816. Sin duda es uno de los grandes clásicos de la literatura de viajes y que a mí, me ha descubierto la figura de un gran hombre, de los que marcan época.
Viaje a Italia – J. W. Goethe
Ediciones B
Año 2001 – 537 páginas