Herman Melville, escribió esta obra bajo el seudónimo de Salvador R. Tarmoor y la publicó por entregas en 1854 en la revista Putnam´s Monthly Magazine. Se trata de un conjunto de 10 historias que describen las Islas Galápagos desde todos los ámbitos, geográfico, humano, histórico… Realmente no se donde encuadrar esta obra de Melville, no se si es ensayo, novela o literatura de viajes, lo que sí se, es que es un libro interesante y que aunque quizá para muchos no sea uno de los grandes libros de Melville no deja de ser un gran libro.
Melville fue un gran viajero y a los diecinueve años ya se había embarcado para recorrer mundo. Su primer viaje fue Nueva York-Liverpool en un barco mixto que llevaba carga y pasajeros. Tras ese primer viaje siguieron otros que lo llevaron a recorrer los Mares del Sur, las Marquesas, Hawai, Maui… En uno de esos viajes arribó en el año 1846 a las Islas Galápagos, Las encantadas.
Islas Galápagos, Las encantadas
Aquellas islas y sus historias fascinaron a Melville. Su geografía agreste, su extraña fauna, sus historias de piratas, balleneros, náufragos, historias que no podían más que ser escritas por una de las plumas más grandes de la literatura norteamericana.
Así compone diez historias que nos muestran las Galápagos desde distintos puntos de vista. En las cuatro primeras nos describe meticulosamente las islas, sus escarpados y agrestes paisajes, las centenarias tortugas de las Galápagos, durante la lectura todo el tiempo se nota un tinte siniestro, realmente se tiene la sensación de que está hablando de un lugar encantado.
La quinta historia nos relata el descubrimiento de un buque fantasma por parte del navío norteamericano USS Essex al mando del capitán Porter, durante la guerra de 1812. El sexto capitulo nos muestra las Galápagos como refugio de piratas y bucaneros, entre todas las islas según Melville, la más interesante para los piratas era la isla de Barrington (Isla de Santa Fe) que cuenta con una geografía más agradable para los humanos con agua potable, leña y refugio.
El capitulo siete narra la historia del Rey de los perros, el rey sin corona de la Isla de Charles (Isla Floreana). En el octavo encontramos la historia de Hunilla una mujer que queda atrapada en la Isla de Norfolk (Isla de Santa Cruz) tras la muerte de su marido y su hermano y que únicamente puede ver pasar el tiempo esperando que algún barco no pase de largo. El noveno capitulo cuenta la historia del cruel ermitaño Oberlus, el extraño personaje abandonado en al Isla de Hood al que apodaban “La Iguana”.
El décimo y último muy corto, habla de fugitivos, lápidas y epitafios como el que encontró en un desfiladero de la Isla de Chatham (Isla de San Cristóbal) y que cierra el libro:
“¡Oh, Hermano Jack, que pasando vas,
yo fui una vez como ahora tú estas!
tan osado y animoso,
pero ahora ¡ay de mí!, ya no medan ni mi jornal.
Mis ojos no volverán a ver,
¡aquí estoy arropado con escoria!”
Esta edición contiene además de los relatos comentados el interesante Diario de viaje por Europa y Oriente, que fue publicado tras la muerte de Melville y donde narra las vicisitudes de su viaje por Italia, Grecia, Turquía y Tierra Santa realizado en 1856.
“Las encantadas” – Herman Melville
Valdemar
Año 2011 – 312 páginas
Sobre el autor: Herman Melville
A estas alturas de la vida, ¿quién no conoce a Herman Melville?, el escritor estadounidense responsable del eterno libro Moby Dick (1851). Es considerado como uno de los grandes autores de la literatura universal.
Su carrera viajera la inició con apenas veinte años, trabajó en un ballenero (y tomó muchas notas…) y recorrió medio mundo en esos viajes que tanto le valieron luego para escribir sus obras más famosas. El mar fue uno de sus elementos inspiradores más importantes y así se puede apreciar por supuesto en Moby Dick o en Mardi (1849) o Taipi (1846), obras que se convirtieron en un éxito de público aunque no de los críticos.
Herman Melville murió en 1891, como suele suceder no fue hasta casi treinta años después cuando la crítica recuperó su obra y considerandola como una de las más influyentes del siglo XIX y situando a Herman Melville en el Olimpo literario universal.