La larga carretera de arena – Pier Paolo Pasolini

En el verano de 1959, a bordo de un Fiat 1100 (el famoso Millecento) y por encargo de la revista Successo, Pier Paolo Pasolini recorrió la costa italiana desde Ventimiglia hasta Trieste. Fue saltando de playa en playa, de ciudad en ciudad bordeando “la bota” pero dando eso sí, un salto desde Palmi a Sicilia porque Italia sin Sicilia no es Italia.

El recorrido se plasmó en un largo reportaje que se publicó en dicha revista en tres entregas, entre julio y septiembre y que posteriormente apareció todo junto en un libro, “La larga carretera de arena” que ahora ha publicado la editorial Gallo Nero.

Pasolini recorre Italia a finales de los cincuenta, una época donde la Segunda Guerra Mundial parece ya muy lejana, donde ya se han olvidado los desastres de la guerra y la gente se agolpa en las playas disfrutando tranquilamente del verano.

El viaje se inicia en el pueblo francoitaliano de Ventimiglia pasando por San Remo, Génova y recorriendo toda la costa de Liguria, de Toscana y de la región del Lacio hasta llegar a Ostia.

El sur, el contraste

Se nota una querencia especial por el Sur de Italia por parte del autor. Y es que cuando llega a Ostia y pasa el “ecuador” de Italia, su emoción es manifiesta y se nota entre otras cosas en que los textos a partir de ahí son más extensos, escritos con más mimo.

Durante su viaje, Pasolini se centra sobre todo en observar a las personas, son estas las que más interés le despiertan, mucho más que los lugares. Así que no encontraremos muchas descripciones de sitios o playas, pero sí muchas líneas dedicadas a los que disfrutaban de aquel verano de 1959. También tendrá interés en visitar a diferentes personajes, por ejemplo en Nápoles, Pasolini acude al encuentro de Visconti en la isla de Ischia, en Fregne visitó a Moravia y a Fellini que se encuentra enfrascado en el rodaje de La dolce vita.

Su recorrido por Sicilia le marcó profundamente:

“Siempre había pensado y dicho que la ciudad donde prefiero vivir es Roma, seguida de Ferrara y Livorno. Pero todavía no había visto y conocido bien Reggio, Catania, Siracusa. No hay duda, no hay la mínima duda de que me gustaría vivir aquí: vivir y morir, no de paz, como con Lawrence en Ravello, sino de alegría.”

Su paso por Calabria, le supuso un pequeño inconveniente. Un comentario suyo en su artículo sobre el pueblo de Cutro, al que se refería como “el país de los bandidos”, le supuso un minilinchamiento por parte de autoridades conservadoras de aquella región. El libro incluye la larga carta que el autor envió al director del diario Paese Sera para explicar sus palabras. Habría que ver lo que hubiera pasado si hubiera existido Twitter.

El viaje acaba en Trieste, concretamente en la playa de Lazzareto donde un grupo de jóvenes disfrutan de los últimos días de vacaciones, más allá empezaba la antigua Yugoslavia. “Aquí se acaba Italia, se acaba el verano”. La verdad es que me hubiera gustado que Pasolini hubiera seguido camino y nos hubiera contado lo que había más allá de la frontera. Hubiera sido otro buen libro de viajes.

La larga carretera de arena - Pier Paolo Pasolini
La larga carretera de arena – Pier Paolo Pasolini
Gallo Nero
Año 2018 – 144 páginas

 

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