La sensación después de leer “Sicilia” de Guy de Maupassant es como cuando te acabas de comer un bombón, algo delicioso de lo que quieres más. La pena es que no hay más que las setenta páginas que conforman el libro y que saben a poco.
En 1885, pocos años antes de su muerte Guy de Maupassant viajó a Sicilia, un lugar que en su época tenía fama de lugar rudo, salvaje y peligroso. Recorrió diferentes lugares de la isla como Palermo o Siracusa, subió al Etna y disfrutó de los diferentes paisajes que ofrece la isla.
La pluma certera de Maupassant nos lleva a recorrer algunos lugares característicos de la isla. Se impresionó con su paseo por las Catacumbas de los Capuchinos en Palermo, incorporando interesantes reflexiones sobre la muerte y como se la toman los sicilianos que entierran allí a sus seres queridos. Subió al Castellaccio di Monreale, última guarida de los forajidos sicilianos que tanta mala fama habían dado a la isla (y eso que aún no había surgido con fuerza la Cossa Nostra) en una especie de aventura silvestre. Llegó a subir al Etna, llegando a las mismas puertas del infierno y disfrutó de una de las esculturas que más impacto le causaron en su vida, la Venus de Siracusa.
En tan pocas páginas, aún le da tiempo a Maupassant a incluir interesantes reflexiones, como por ejemplo su visión del mundo de la arquitectura en su época, el horror de las minas de azufre y el trabajo infantil, o la emoción que le supuso alojarse en la misma habitación del Hotel des Palmes de Palermo donde Wagner compuso Parsifal.
Como siempre digo, espero poder ir a Sicilia “personalmente en persona” y recorrer todos los rincones que visitó Maupassant en su viaje.
“Sicilia” – Guy de Maupassant
Casimiro Libros
Año 2013 – 72 páginas
ISBN: 9788415715283