“En el gallo de Hierro” del autor norteamericano Paul Theroux narra el viaje en de un año por tierras chinas que el autor realizó en 1986, una época muy interesante, justo unos años después de la “Revolución Cultural”, tres años antes de las Protestas de la Plaza de Tiananmén y en plenas reformas de Deng Xiaoping. Un viaje que comienza en Londres, recorre media Europa hasta llegar a Moscú, allí en el “Orient Express” hasta Mongolia para finalmente entrar en China y recorrerla completamente de Norte a Sur y de Este a Oeste, siempre en ferrocarril.

La verdad es que mi primera lectura de Paul Theroux no me impresionó demasiado, un libro que me dejó un regusto un poco amargo, me pareció que el autor era un poco prepotente y arrogante a la hora de contar su viaje y hablar de las tierras que visitaba.
Así que cuando empecé a leer “En el Gallo de Hierro” y volví a tener la misma sensación, pensé que me había vuelto a equivocar de libro. Esa actitud se mantiene durante su paso por Europa (con alguna aventura cuando menos curiosa), sin embargo al llegar a China todo cambia, la arrogancia se convierte en curiosidad y ganas de preguntar. Durante su viaje Theroux no es que “pegue hebra” con algunos chinos, es que habla con casi todos con los que se encuentra, desde viajeros en los trenes hasta funcionarios, militares, ancianos, jóvenes, Uigures, Manchues, con todos.
Hablando con todos, hablando de todo
Ese afán por hablar con todo el mundo viene originado por la realidad tan cambiada que el autor percibe durante su viaje, y es que sólo seis años antes había recorrido el país y el cambio que observa es más que evidente. Me resultó curioso la facilidad que tienen los chinos para hablar de cualquier tema con Theroux, sin ningún problema y con bastante naturalidad ya sea de política, de Mao, de la Revolución Cultural, de las revueltas estudiantiles, del gobierno o de cosas personales, costumbres, comida ¡hasta de sexo!
Pese a que Theroux se movió con bastante libertad durante su viaje, estamos hablando de China así que en varias ocasiones se vio obligado a viajar con algún funcionario del Gobierno Chino que “velaba por su bienestar”. Entrañable el señor Fang, un tipo con cara de morsa, que no hablaba inglés sino ruso, que odiaba los trenes y que inevitablemente ha de acompañar a Theroux por medio país.
Me resultó especialmente interesante la parte final en la que Theroux emprende viaje al Tíbet. Allí no llegaba el ferrocarril, así que no hubo más remedio que viajar en un destartalado coche japonés con una compañía muy peculiar.
Después de leer este gran libro, Theroux me ha conquistado como lector, ya estoy pensando cual será su próximo libro que caerá entre mis manos.
China es un país complejo y enigmático, tanto como la risa de un chino que según vemos a lo largo de todo el libro, puede significar cualquier cosa menos que algo le hace gracia.
“En el Gallo de Hierro” – Paul Theroux
B de Bolsillo (Ediciones B),
Año 2009 – 608 págs.
ISBN: 9788498722611