Hace unas semanas que terminaba Planeta oceano el libro de Javier Peláez dedicado a los mares y oceanos que cubren más del 70% de la superficie del planeta. Del 30% restante, casi una tercera parte está ocupada por tierras desérticas. A esos lugares dedica William Atkins su libro El mundo inconmensurable: Viajes por lugares desérticos.
Editado por Literatura Random House, este libro nos propone un viaje en el tiempo y el espacio por esas áridas extensiones. En plena ola de calor, tenemos un tiempo estupendo para ambientarnos. Os dejo más información:
Una tercera parte de la superficie terrestre está ocupada por desiertos, lugares inhóspitos y desolados que han cautivado a la humanidad desde el comienzo de la Historia. Desde los profetas de la Biblia hasta Marco Polo, desde Lawrence de Arabia hasta Gertrude Bell, los viajeros han encontrado en estas áridas extensiones lugares malditos que debían evitarse, o cruzarse lo más rápido posible. Pero para aquellos que han hecho de los desiertos su hogar, el «espantoso vacío» descrito por los exploradores es rico en recursos y significado.
William Atkins decidió emprender una travesía por ocho grandes desiertos de cinco continentes: su viaje le llevó del Cuarto Vacío de Arabia Saudí a los lugares donde se llevan a cabo pruebas nucleares en Australia, del desecado mar de Aral en Kazajistán a las volátiles dunas del noroeste de China, de las disputadas fronteras del desierto de Sonora al desenfrenado festival Burning Man en el Black Rock de Nevada o a los monasterios ancestrales del desierto Oriental de Egipto. Atkins pone luz sobre las gentes, la historia, la topografía y el simbolismo de estos lugares extraordinarios (y a menudo conflictivos) en una obra que, galardonada con el Stanford Dolman Writing Award, está destinada a convertirse en un clásico de la literatura de viajes.