Bruce Chatwin es uno de los grandes escritores de literatura de viajes. Tal vez sea porque escribió “En la Patagonia”, uno de los clásicos, por su intensa vida o porque murió demasiado joven (tenía sólo 48 años cuando se lo llevó el SIDA), pero lo cierto es que si pensamos en un autor de libros de viaje, enseguida nos viene a la cabeza Chatwin.
En su libro “Los trazos de la canción” nos cuenta el viaje que hizo por Australia en los años 80 y que personalmente me descubrió el universo aborigen, que era casi totalmente desconocido para mí hasta que leí este libro.
Acompañaba en su viaje por tierras australianas a Arkadi Volchov quien tenía la misión de negociar con los aborígenes el trazado del ferrocarril que atravesaba sus territorios sagrados. Para ellos, es muy importante que se respeten determinados lugares, apegados a las “canciones” que les acompañan durante toda su vida y que vienen directamente de sus antepasados. Chatwin entra en contacto directo con los aborígenes, vive con ellos, discute con ellos y observa su realidad, en muchas ocasiones más apegada al alcohol y a la discriminación que a esas”canciones” que les unen al territorio y a los antepasados.
Ese relato de viaje es un punto de partida que lleva a Chatwin a realizar muchas e interesantes reflexiones (sobre todo en la segunda parte del libro) sobre diversos temas como la naturaleza humana, el nomadismo o la vida en la naturaleza.
Unos dicen que es el mejor libro de Chatwin, otros que como de costumbre se inventó una gran parte, inventado o no lo que sí que está claro es que es un grandísimo libro de viajes.
Leyendo este libro no podía quitarme de la cabeza un tema del músico neozelandes David Antony Clark, donde un hipnótico didgeridoo suena entre el sonido del fuego quemando el Bush australiano.
“Los trazos de la canción” – Bruce Chatwin
Península
Año 2015 – 336 págs.
ISBN: 9788499424521