Al igual que el Paso del Noroeste, las fuentes del Nilo fueron uno de los grandes misterios geográficos que todavía quedaba por descubrir en el siglo XIX. El nacimiento del mítico río Nilo fue durante muchos años objeto de conjeturas y estaba cubierto de un halo de misterio. Y es que en aquellos años todavía quedaba mucho mapa en blanco en el centro de África.
El libro “Las Montañas de la Luna. En busca de las fuentes del Nilo” recoge un resumen de los escritos que dejó Sir Richard Burton a su vuelta de una de esas expediciones al centro de África en busca del nacimiento del mítico río.
La expedición se inició en 1857 y Burton junto a John H. Speke, su escolta de beluchistanos y porteadores partieron de Zanzibar rumbo al interior de África en busca de las fuentes del Nilo. La expedición la formaban un total de 132 hombres. Por cierto, según la Wikipedia: Se conoce como Beluchistán a una región histórica de Asia, hoy repartida entre varios países, entre ellos Pakistán, Afganistán, India….
Hay partes del libro realmente emocionantes como cuando arriban al lago Tanganika, los primeros hombres blancos en contemplar ese mítico lago. Fue en febrero de 1858: “Fue aquello un verdadero delirio para el alma y un vértigo para los ojos. Lo olvidé todo, absolutamente todo, peligros, fatigas, enfermedades e incertidumbres del regreso. Confieso sinceramente que hubiera aceptado el doble de los males que hasta allí habíamos tenido que sufrir”.

El estilo de escritura de Burton y los complejos nombres de lugares, tribus, árabes, etcétera me ha dificultado un poco la lectura (será que no estaba yo del todo concentrado…). También se hace algo complicado seguir el recorrido de la expedición en sus distintas etapas y ubicarla geográficamente, hubieran venido bien unos mapas en la edición del libro (los mapas siempre vienen bien).
Me resultó curioso las pocas alusiones que hace Burton a Speke, apenas lo nombra unas cuantas veces (salvo para indicar que está muy enfermo), hasta el punto de que en ocasiones da la impresión de que Burton viaja sólo. De hecho uno de los pasajes más largos que le dedica es justamente para desmentir la afirmación de Speke de que había encontrado las fuentes del Nilo en el lago Victoria (Nyanza): “Los argumentos que daba en favor de su descubrimiento resultaban más débiles que su convicción y eran de la misma naturaleza que los de Lucita con Sir Proteo: ‘Creo que es así, porque así lo creo`”.
De todos es sabido que en ese viaje fue donde se gestó la enemistad entre ambos que duraría hasta la sospechosa muerte de Speke en accidente de caza el 18 de septiembre de 1864 justo el día que iba a tener un cara a cara con Burton para defender sus teorías sobre el nacimiento del Nilo, pero esa es otra historia.
Speke regresó al interior de África buscando confirmar su teoría en otra expedición que partió en 1860, en esta ocasión acompañado del teniente Grant. El 28 de julio de 1862, al norte del Victoria, Speke y Grant avistaron el preciso lugar donde las aguas del lago se vierten en forma de catarata formando el nacimiento del Nilo.
Para Burton, el autor del libro, el misterio de las fuentes del Nilo no había sido resuelto, habían hecho grandes descubrimientos como el lago Tanganica pero no había encontrado las ansiadas fuentes, pese a lo que afirmara Speke. Hubo que esperar a que Henry Morton Stanley recorriera los dos lagos el Victoria y el Tanganika comprobara que las afirmaciones últimas de Speke eran ciertas.
“Las Montañas de la Luna. En busca de las fuentes del Nilo.” – Sir Richard Burton
Editorial Valdemar – El Club Diógenes
Año 2011 – 204 páginas
ISBN: 9788477026884
Hola!! Estuve en Uganda rodando una peli y ahora estoy leyendo el libro “El sueño de Africa”, de Javier Reverte. Todo el comienzo habla de estos expedicionarios, la búsqueda de las fuentes del Nilo, las montañas de la Luna… Muy interesante, la verdad!! Abrazos!!
Hola, creo que si bien Speke realizó la incursión al norte y divisó el lago Nyanza, el mérito también le cabe Burton pues es éste último quien tuvo desde un comienzo la inquietud y el afán por encontrar las fuentes del rio Nilo.