Si alguien ha seguido mis post literarios, sabrá que otra de mis pasiones es la música. Me gusta casi cualquier tipo de música pero especialmente la música que hunde sus raíces en tierras del Delta del Misisipi. Así que cuando supe que se publicaba un título que unía la literatura de viajes y la música que más me gusta, tenía que leerlo.
Y es que si te gusta el blues, el jazz, el rock and roll, el soul, el country, el bluegrass o el mismísimo cajún, este es tu libro.
Partiendo de Menphis, en Tenesee, hasta arribar a Nueva Orleans en Louisiana, Miquel Jurado recorre los lugares míticos que desde el punto de vista musical han sido importantes en estos estilos musicales, estilos seminales que han marcado el devenir de la música hasta nuestros días.
El libro se estructura en un viaje de quince días; días de recorrer autopistas míticas como la 61, dormir en moteles, comer comida típica sureña y sobre todo ver, sentir y escuchar música.
Memphis – Tennessee
El viaje parte de Memphis donde el autor empieza fuerte disfrutando de un servicio dominical del reverendo Al Green en la Full Gospel Tabernade Church. Recorremos con él la ciudad visitando los míticos estudios Sun Records y Stax Records. También el Motel Lorraine donde fue asesinado Martin Luther King Jr y que actualmente es un Museo de los derechos civiles, paseos por Beale Street o las casas natales de W.C. Handy o Memphis Slim. Estados Unidos tiene muy poca historia, pero la historia musical es inabarcable.

Por supuesto en Memphis es inevitable visitar Graceland, la mansión de Elvis Aaron Presley, que nació en la cercana localidad de Tupelo (que también visitará el autor) y murió en esta mansión en 1977. Con esa sensación de parque temático pero con toda la carga mítica de saber que el rey del rock vivió y murió allí, se ha convertido en un lugar de peregrinación para muchos estadounidenses. Después de leer estos pasajes, da la sensación de que mucha gente que visita este lugar ha escuchado poco a Elvis y se deja llevar más por la leyenda que por la música.
Nashville – Tennessee
Estando en Memphis y hablando de música, es inevitable desviarse a Nashville la cuna del country, la capital del estado con su réplica del Partenon y todos esos lugares con columnas que tanto gustan allí.
Recorreremos la Honky Tonks Highway , es decir Broadway Street, una calle llena de locales con música en directo y otro estudio mítico, el Estudio B de RCA Victor, conocido como el Estudio de los 1000 hits, puesto que calculan que esos son los números uno que salieron de allí en sus veinte años de actividad. Inevitable visita también al Opryland, el lugar donde se graba el Grand Ole Opry, programa de radio referencia en el country.

Highway 61. Clarksdale e Indianola

Siguiendo la mítica Highway 61 (cuánto se usa mítico en estas cosas), el autor llega a Clarksdale, ciudad de donde han salido muchas figuras del blues y donde está el célebre cruce de la autopista 61 con la 49. Allí dice la leyenda que Robert Jonhson vendió su alma al diablo para tocar la guitarra como nadie, y claro allí empieza el autor su recorrido por Clarksdale. Que en realidad ese no es el cruce de la época de Johnson puesto que se movió una milla aproximadamente hace unos años, pero ¿Qué más da?
En Clarksdale o cerca nacieron, por ejemplo, Ike Turner, John Lee Hooker, Sam Cooke o Muddy Waters… concentración musical donde las haya. Inevitablemente allí se tiene que encontrar el Museo del Blues del Delta.
El autor también pasará por Indianola, ciudad donde se crio el gran bluesman B.B. King, sin duda uno de los músicos de blues más conocidos por todo el mundo. Por el camino visitará Dockery Farms, una de las plantaciones de algodón más importantes del sur, donde tantos esclavos vivieron y murieron y donde dicen que nació el blues, o tal vez no.
Lafayette – Louisiana
Ya en tierras de Louisiana, Miquel se encontrará con los bayous, masas de agua pantanosa y brumosa llena de caimanes tan característica de allí. Siguiendo la Higway 65 arribará a Lafayette. En esta zona lo que suena es la música cajún y zydeco , una mezcla de músicas de origen europeo que cuenta como instrumentos fundamentales los acordeones diatónicos y los violines.
Allí se encuentra la plantación Oak Alley a orillas del río Misisipi. Una de las plantaciones más importantes del sur y que parece sacada de una novela de Margaret Mitchell.
Nueva Orleans – Louisiana

En Nueva Orleans es donde empezó todo, allí está Congo Square, el lugar donde se reunían los esclavos de las diferentes plantaciones que rodeaban la ciudad, donde empezaron a fusionarse los diferentes ritmos que dieron lugar a la música afroamericana.
El autor intenta evitar la concurridísima Bourbon Street, siempre abarrotada de turistas y más parecida a un parque temático, pero sí recorre el barrio del Tremé o el Louis Armstrong Park donde asiste al Satchmo Summerfest que se celebraba en ese momento.
Nueva Orleans es la ciudad de la música, por sus calles siempre abundan las míticas brass bands que recorren el barrio francés incluso cuando arrecia la lluvia. Esa será la última parada del viaje, repleto de música como no podía ser menos ya que, como indica el título del libro, el Misisipi es el río de la música.
Un libro que he disfrutado bastante, una buena edición acompañada de numerosas fotografías y de banda sonora ya que al final del mismo se incluye un interesante apartado con listas de audición que te van a llevar directo al Delta.
Para finalizar, os dejo uno de mis últimos descubrimientos musicales. Se trata de Christone “Kingfish” Ingram, un joven de veintipocos años que parece la reencarnación de BB King y Jimmi Hendrix, buenísimo.
El río de la música – Del jazz y el blues al rock – Miquel Jurado
Editorial Ma Non Troppo
Año 2019 – 352 páginas
ISBN 9788412004861
Año de edición: 2019