Birmania es uno de los países del sudeste asiatico quizá más desconocidos. Seguro que entre las razones de ese desconocimiento está la turbulenta historia que ha atravesado desde su independencia del Imperio Británico allá por 1948.
Un país inestable que ha recorrido el autor peruano Leoncio Robles. Editado por La Línea del Horizonte, Viaje al Reino de Ava. Una crónica birmana recoge las impresiones del autor en sus viajes por esta tierra que tanto está sufriendo para alcanzar la libertad.
El 4 de enero de 1948, Birmania (Myanmar) se independizó tras 124 años de formar parte del imperio colonial británico en Asia. El sector antifascista había logrado mayoría absoluta en las primeras elecciones de 1947. Pero antes de que la plena soberanía entrara en vigor, Aun Sang, el principal líder independentista, fue asesinado, lo que aplazó el anhelo de sus compatriotas de vivir en democracia hasta la segunda década del siglo XXI.
En Viaje al Reino de Ava, Leoncio Robles recorre Birmania, un país cuya historia registra repetidas luchas frustradas para acceder a la libertad y a la democracia, y cuyos habitantes han aprendido a vivir en constante inestabilidad. Conocemos, por ejemplo, a un librero que analiza con humor negro las mentiras del régimen militar; a un descendiente del último príncipe shan asesinado por los militares golpistas, quien divulga con discreción el legado de su antepasado; a un exprofesor que despliega erudición al describir las dependencias y tensiones impuestas por la geopolítica; y a una anciana de clase alta que enseña inglés de manera altruista a hijos de campesinos, convencida de que la educación es la herramienta para conquistar la libertad. Todo ello en medio de una guerra que involucra aproximadamente a quince grupos étnicos.
Robles encuentra el equilibrio entre la información histórica y los diarios de viaje, y nos acerca a una realidad tan compleja como fascinante. Nos muestra las consecuencias de más de cincuenta años de conflictos armados que se han convertido en parte de la vida cotidiana. En estas páginas se condensa la imagen de la Birmania de estos tiempos, a través de un relato que representa el horror y la tristeza, pero también los sueños rotos y las promesas de una tierra encantada devorada por el olvido.
Buena pinta.