Siguen apareciendo novedades de Ediciones Menguantes. En este caso se trata de La pureza de la autora leonesa Ruth Miguel Franco y recoge la particular visión de la autora de su estancia en Innsbruck, la ciudad tirolesa que tan castigada fue durante la Segunda Guerra Mundial.
La Pureza es un recorrido físico, emocional y cultural por los alrededores de una ciudad sitiada por imponentes montañas. Es también la crónica de un final anunciado: el de un invierno en Innsbruck.
«Casa: el que viaja huye de una y la busca en todo. Hay quien llama casa a un plato con sabores familiares o a un té caliente, o a una misión, o a la belleza encontrada. Los que buscamos la pureza, en cambio, guardamos silencio y apretamos los dientes»
Ruth Miguel Franco, leonesa afincada en las islas Baleares, traductora de varias obras de la premio nobel de literatura Louise Glück, se atreve con La pureza, un recorrido físico y emocional por los alrededores de una ciudad sitiada por imponentes montañas. Es también la crónica de un final anunciado: el de un invierno en Innsbruck.
En este bello y áspero cuaderno de viaje, Ruth Miguel Franco intenta aniquilar la costumbre. Tras horas en trenes y en aviones, cierra la puerta de la habitación y echa el cerrojo. Durante días recorre los alrededores de su nuevo hogar temporal en busca de paisajes planos y edificios lavados.
«A mí la naturaleza no me conmueve. En general la encuentro aburrida o amenazante. Me incomoda. Solo busco la obra del hombre; tampoco me conmueve, pero ante ella puedo pensar»
La autora, con una voz brutalmente honesta, explora los alrededores de una ciudad que fue bombardeada más de veinte veces en poco más de un año y medio. Con ecos de W. G. Sebald y su asombro por la falta de este en la memoria histórica de Alemania, La pureza nos ofrece un viaje incómodo, pero necesario.